Cinco mujeres egresaron de este Programa que busca, de manera integral, abordar y tratar el consumo de alcohol y drogas.

Tras un año de intervención cinco mujeres egresaron del Programa Ambulatorio Intensivo (PAI), que busca acoger y entregar tratamiento terapéutico y rehabilitación integral a mujeres embarazadas, afectadas por el consumo problemático o severo de alcohol y drogas.

La ceremonia de egreso fue liderada por la dra. Grace Hassler, psiquiatra jefa de la Unidad de Salud Mental de nuestro hospital, quien explicó que un patrón recurrente en el consumo de drogas en mujeres embarazadas dice relación con la historia que han tenido estas mujeres, quienes han sido testigos desde pequeñas de violencia y abusos ejercidos hacia sus mujeres referentes y cuando ya son adultas la historia se repite. “Muchas veces estas mismas parejas consumen alcohol o consumen drogas o incluso ambas y en ese contexto, buscando complicidad, aceptación o a veces por miedo, nuestras usuarias inician el consumo y al poco andar se dan cuenta que esta conducta aplaca dolores antiguos, recuerdos angustiantes y congela emociones; rápidamente el consumo pasa a ser una necesidad y deja de ser placentero y junto con ello, viene el rechazo por parte de la sociedad, por ello ni hablar de contarle a alguien este problema, o ingresar a tratamiento” indicó.

Las mujeres que se graduaron hoy de este Programa recibieron el apoyo y contención de un equipo multidisciplinario, que es parte del Departamento de Salud Mental y que está integrado por psiquiatras, psicólogas, trabajadoras sociales, terapeutas ocupacionales y técnicos en rehabilitación, quienes constituyen y crean un conjunto de intervenciones ambulatorias destinadas a personas con este diagnóstico, con la entrega de una atención cercana, oportuna y de calidad para las gestantes o puérperas mayores de 18 años.

El Programa Ambulatorio Intensivo recibe la orientación técnica y el financiamiento del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), quienes imparten éste y otros tratamientos que contemplan el trabajo conjunto con dispositivos sociales de cuidado, de integración familiar y social con el entorno.

Junto con la entrega de una atención integral, los profesionales buscan derribar los estigmas asociados hacia las mujeres consumidoras, fortaleciendo el autocuidado, que ellas puedan reencontrarse y valorarse desde el importante aporte que son no sólo en la familia, sino también en la sociedad. Además, algo muy importante, potenciar que el vínculo entre la madre y el hijo que está por venir sea seguro, logrando primero una adherencia al tratamiento y luego promoviendo el rol materno desde la importancia de una lactancia segura, para finalmente –gracias al establecimiento de redes de apoyo– reinsertarse nuevamente en la sociedad como mujeres trabajadoras, emprendedoras y sostenedoras.